• Este lunes ha comparecido en la Comisión para la Reconstrucción del Congreso de los Diputados el portavoz de la Plataforma Pymes, organización independiente que conforman Fenadismer con otras organizaciones representativas y que agrupan a más de 2 millones de autónomos y pymes en toda España.
  • “Cuiden y salven a los que realmente pagan sus impuestos” es el mensaje trasladado a los Grupos Parlamentarios, exigiendo la aprobación urgente de medidas de lucha contra la morosidad, mejora de la formación y de un modelo de crecimiento basado en el capitalismo inclusivo en el que tengan verdadero protagonismo las pymes españolas.

 

Este lunes 8 de Junio ha tenido lugar la intervención del portavoz de la Platafoma Pymes, Antoni Cañete, ante los representantes de los diferentes grupos políticos que conforman la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica, que como  se recordará fue promovida el pasado mes de Mayo por el Congreso de los Diputados con el objetivo de alcanzar acuerdos entre las fuerzas parlamentarias para impulsar la reactivación del país tras la crisis del coronavirus.

 

De este modo, la Plataforma Pymes, organización independiente que conforman FENADISMER y otras organizaciones representativas que agrupan a más de 2 millones de pymes españolas, ha tenido la oportunidad de exponer sus reivindicaciones  ya que pese a su gran relevancia, hasta el momento su verdadera voz se ha escuchado poco en España. Cualquier estrategia de recuperación debe contar con las pymes ya que representan el 99’8% de las empresas españolas, casi el 70% del empleo privado, aproximadamente el 60% del PIB y más de la mitad de la recaudación tributaria empresarial.

 

Las pymes han sido maltratadas de forma sistemática en las últimas décadas: así sufren plazos medios de cobro de sus facturas de en torno a los 80 días, con picos que pueden superar los 200 días, lo que implica el doble de la media europea y casi tres veces la media alemana, pagan su electricidad un 50% por encima de la media de Francia y Portugal, participan insuficientemente en la contratación pública, 19% frente a 30% del promedio europeo, pagan tipos de interés por sus préstamos un 20% superiores a la media europea, pese a los tipos únicos del BCE, y fiscalmente contribuyen al impuesto de sociedades con un tipo efectivo más alto que las grandes empresas (18% frente a 8%).

 

Así, hay un factor fundamental y estructural que lastra a nuestras pymes en materia de competitividad, como es la morosidad. El ejemplo más claro lo tenemos en esta crisis, que no sólo es sanitaria, es de liquidez, obligando a las empresas a endeudarse a través de créditos ICO, cuando la solución sería eliminar la morosidad. Bastaría con que las administraciones paguen sus facturas pendientes,14.000 millones de euros y que las empresas cotizadas, sin problemas de liquidez ni de financiación, abonen los 122.000 millones pendientes de pago a sus proveedores Estas medidas inyectarían más de 150.000 millones de Euros de liquidez al sistema. Y lo que es más importante, sin riesgos y sin comprometer el balance de las empresas ni del país.

 

 

En 2010 se consiguió a iniciativa de la Plataforma contra la Morosidad que se eliminara de la ley la posibilidad de ‘‘pacto entre las partes’’ para fijar los plazos de pago. Esta cláusula, impuesta por algunos sectores y grandes empresas, logró que fuéramos el país peor pagador de Europa después de Grecia. Antes del 2010, pagar a 300 días era legal. Desde entonces no lo es, pero nos pagan igual de mal. Transcurridos diez años, con cuatro gobiernos diferentes y cuatro proposiciones de ley para sancionar a los ‘‘morrosos’’, el Congreso y los diferentes gobiernos, no han sido capaces de hacer justicia y podríamos decir que la morosidad continúa siendo una forma indirecta de corrupción y competencia desleal. No hacer cumplir la ley y no aprobar un régimen sancionador es difícilmente explicable. ¿Cómo se puede permitir que nuestro IBEX, que cobra a 58 días de sus clientes, pague a 180 días de media sus facturas, saltándose los plazos legales?.

 

Por otra parte, es imprescindible impulsar la formación profesional basánndola en la demanda de nuestro sistema productivo, no en la oferta de nuestros centros educativos. Sin conocimiento no hay innovación. Sin innovación no hay valor añadido y sin valor añadido no podemos competir en los mercados domésticos e internacionales.

 

La Plataforma Pymes propone asimismo un nuevo modelo económico para mejorar la productividad basado en un capitalismo más Inclusivo, donde las pymes juegan un papel clave. En este nuevo capitalismo no caben ventajas para empresas en mercados regulados que apoyan los intereses de unos pocos. Tampoco caben los monopolios y oligopolios que encarecen precios y merman la competitividad. Es lo que nosotros llamamos ‘‘rentas excesivas’’. ¿Recuerdan que pagamos la energía a casi el doble de precio que nuestros vecinos europeos? Por capitalismo inclusivo entendemos un sistema productivo basado en la configuración de precios justos, en la igualdad de oportunidades, en el respeto al medio ambiente y en la responsabilidad con nuestro entorno social.

 

Por ello se considera que el capitalismo inclusivo es el modelo hacia el que debe transitar una España reconstruida, las pymes tienen que situarse en el puente de mando, con la voz y la representación real que les corresponde. Ahora no la tienen. Las pymes no pueden permitir ser meros espectadores en este proceso, sino que deben erigirse en actores decisivos y asegurar que se llevan a cabo las reformas que necesitan. De ahí la reflexión con la que el Portavoz de Plataforma Pymes ha concluido su exposición dirigida a los Grupos Parlamentarios: ‘‘Cuiden y salven a los que pagan los impuestos. Sin ellos será imposible financiar la sanidad, la educación y las políticas sociales”.

Temáticas: