• En las últimas semanas organizaciones agrarias y de consumidores han venido denunciando subidas anormales en los precios finales en tiendas y supermercados de los productos de mayor consumo.

 

  • Fenadismer aclara que en cualquier incremento de los costes logísticos para la puesta de los alimentos en los lineales de los puntos de venta, el transporte apenas influye en su precio final, sólo un 3%, y menos aún en la actual situación en la que los transportistas no han obtenido incremento alguno por la prestación de sus servicios

 

En las últimas semanas diferentes organizaciones tanto agrarias como de consumidores han venido denunciando algunas subidas anormales en los precios finales en las tiendas de alimentación  y supermercados de los productos de mayor consumo por parte de los ciudadanos.

Entre los casos más llamativos destaca el importante incremento del precio de los cítricos, especialmente de las naranjas y mandarinas, frutas muy demandada por los consumidores durante la crisis sanitaria por ser de piel gruesa y por su alto contenido en vitamina C, y que han experimentado subidas de hasta el 45%. Sin embargo, tales subidas no se han producido en origen, como señalan las asociaciones de agricultores, sino en la cadena de distribución y venta final, llegando a multiplicarse por seis y siete veces respectivamente. Así por cada kilo de naranja recolectada, el agricultor obtuvo 0,25 euros en febrero y 0,27 euros en marzo (un alza del 8%), mientras que el vendedor al público lo vendió por 1,55 euros en febrero y 1,82 euros en marzo (un incremento del del 17,4%). En el caso de la mandarina, los precios en origen subieron sólo un 13,7% mientras que en destino los consumidores pagaron hasta un 45% más.

Ante dicha situación anómala, FENADISMER desea aclarar a la opinión pública que cualquier incremento que se produzca en los costes logísticos y de distribución para la puesta de los alimentos en los lineales de los puntos de venta, el transporte apenas influye en su precio final, y menos aún en la actual situación económica en la que los servicios que están prestando los transportistas no han obtenido incremento alguno por parte de sus clientes. Así en un kilo de tomates, por ejemplo a  3.5 euros, el transporte representa tan sólo en torno al 3 % del precio final, esto es, unos 10 céntimos.

 

 

 

 

 

 

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